Hoy es Viernes Santo, como lo era también aquel 21 de abril del año 2000, cuando desde temprano mi esposa y yo habíamos decidido que esa noche iríamos a unirnos al grupo que todos los días se reunía en las cercanías de la casa de la familia del niño Elián Gonzalez en el noroeste de Miami. Desde finales de noviembre que habían rescatado al niño esa era la noticia que más ocupaba todos los medios.
Ya habíamos ido en otras ocasiones, pero aquel día precisamente, y a modo de oración, había estado repitiendo en mi mente los versos del Salmo 23. Mientras lo hacía iba pensando en Cuba y en las tantas tragedias que se habían enfrentado en el pasado y que tanto blanco habían hecho en las familias cubanas. Así fue que comencé a sentir aquel salmo como algo nuestro, al tiempo que me venía a la mente la letra de nuevos versos, y para impedir que se me escaparan tomé papel y lápiz y comencé a escribir. Al poco rato ya tenía lo que era para mí la versión cubana del salmo 23. Antes de salir para unirnos al grupo me fui a sacar un paquete de copias que repartimos aquella misma noche entre muchos de los presentes. Hasta nuestro hijo de diez años nos acompañaba con su paquete de hojas repartiendo entre la multitud.[Leer Más…]