Dios nos Habla de la Revolución Cubana (II)
Continuamos con los hechos de 1959. En el artículo anterior Dios nos muestra claramente la naturaleza de los hechos que comenzaron a desarrollarse en Cuba a partir de esa fecha, pero en esta ocasión nos referiremos a la condición del cubano que ha sido víctima del sistema que se implantó como parte de ese proyecto conocido por todos como “La Revolución Cubana”, quien encuentra en las escrituras las palabras que reflejan lo que fuera su clamor a Dios por su liberación.
Entre los libros de la Biblia el de los salmos es el libro de las plegarias por excelencia, el de las oraciones a Dios pidiendo su intervención en tiempos de dificultad. Refleja más que nada la súplica de David a su Dios por cada una de las situaciones en que su vida corría peligro, pero con frecuencia los detalles que da en la descripción de las circunstancias que enfrenta la hace muy de nuestros días, semejante a lo que ya vimos en el texto de Isaías 59. Las frases en este Salmo 59 no son más que el clamor de cualquier cubano que ha sufrido en carne propia el rigor de un sistema sin Dios como el que ha azotado a nuestro país.
No es necesario agregar nada más al texto pues es bastante explícito en identificar las diferentes situaciones por las que han atravesado nuestros hermanos, a la vez que ayuda a alimentar las esperanzas de un cambio, al ver que sus ansias de justicia encuentran eco en las palabras de David. En el caso particular de este salmo, David se encontraba rodeado por el ejército de Saúl quien intentaba matarlo. David no es más que el símbolo de nuestro pueblo oprimido, ese cubano que por disentir lo acusan falsamente y al cual le resulta muy difícil liberarse de las garras que intentan destruirlo. Saúl y su ejército simbolizan al gobierno cubano, sus líderes, sus colaboradores. Para nosotros no será Saúl, pero faltó muy poco para que llevaran el mismo nombre.
Salmo 59. Año 1959
La Biblia de las Américas (LBLA)
Oración pidiendo ser librado de los enemigos.
1 Líbrame de mis enemigos, Dios mío;
ponme a salvo en lo alto, lejos de los que se levantan contra mí.
2 Líbrame de los que hacen iniquidad,
y sálvame de los hombres sanguinarios.
3 Porque, he aquí, han puesto emboscada contra mi vida;
hombres feroces me atacan,
pero no es por mi transgresión, ni por mi pecado, SEÑOR.
4 Sin culpa mía, corren y se preparan contra mí.
Despierta para ayudarme, y mira.
5 Tú, SEÑOR, Dios de los ejércitos, Dios de Israel (Cuba),
despierta para castigar a todas las naciones;
no tengas piedad de ningún inicuo traidor.
6 Regresan al anochecer, aúllan como perros,
y rondan por la ciudad.
7 He aquí, se jactan con su boca;
espadas hay en sus labios, pues dicen: ¿Quién oye?
8 Mas tú, oh SEÑOR, te ríes de ellos;
te burlas de todas las naciones.
9 A causa de su fuerza esperaré en ti,
porque Dios es mi baluarte.
10 Mi Dios en su misericordia vendrá a mi encuentro;
Dios me permitirá mirar victorioso sobre mis enemigos.
11 No los mates, para que mi pueblo no se olvide;
dispérsalos con tu poder, y humíllalos,
oh Señor, escudo nuestro.
12 Por el pecado de su boca y la palabra de sus labios,
sean presos en su orgullo,
y por las maldiciones y mentiras que profieren.
13 Acábalos en tu furor, acábalos, para que ya no existan;
para que los hombres sepan que Dios gobierna en Jacob (Cuba),
hasta los confines de la tierra.
14 Regresan al anochecer, aúllan como perros,
y rondan por la ciudad;
15 merodean buscando qué devorar,
y si no se sacian, gruñen.
16 Pero yo cantaré de tu poder;
sí, gozoso cantaré por la mañana tu misericordia;
porque tú has sido mi baluarte,
y un refugio en el día de mi angustia.
17 Oh fortaleza mía, a ti cantaré alabanzas;
porque mi baluarte es Dios, el Dios que me muestra misericordia.
David es constante al manifestar su plena confianza en Dios como el medio que le permitirá librarse de su condición. Aparece muy clara la caracterización de aquellos que asumen el rol de victimarios cuyos actos son descritos con sumo detalle. Independientemente de la dificultad que David estuviese enfrentando, su seguridad en la misericordia de Dios fue su apoyo hasta el final.
La confianza en Dios es nuestra unica salvación, David ungido de Dios tenia esa «Fe» y su amor por sus súplicas y nunca fue defraudado.
Señor tu poder es infinito. Amen
Muchas gracias por su comentario amigo Márquez.
Que Dios le bendiga.