Escuela de Ingeniería Geofísica. CUJAE. Año 1977.
Formo parte del grupo de Ingenieros Geofísicos graduados en el año 1977 de la Escuela de Geofísica de la Universidad de la Habana, conocida por todos por la CUJAE, Ciudad Universitaria José Antonio Echeverría. Sería por el 1975 que pasó a ser ISPJAE, el Instituto Superior Politécnico. Habíamos comenzado la carrera en enero de 1972, siendo entonces unos ciento veinte estudiantes que quedamos distribuidos en cuatro grupos, dos y dos en días alternos para de esa forma repartirnos el tiempo a la mitad entre el estudio y el trabajo.
Una gran mayoría había matriculado sin interés alguno por la carrera, pero como la única escuela de geofísica en la isla se encontraba en La Habana, y muchos querían moverse de sus provincias a la capital, entonces matriculaban geofísica para una vez concluido el primer año solicitar traslado para otra carrera y así poder permanecer en La Habana. Eso fue lo que más influyó en que el segundo año continuaran solo dos grupos de los cuatro que habían comenzado.
A partir de ahí ya fueron otras razones las que dieron como resultado que el día de nuestra graduación solo fuéramos treinta y tres estudiantes. A continuación aparece la lista con los nombres.
1- Hugo Alonso Hernández 18- Silvia Iraola Herrero
2- Carlos Balbis Filiberto 19- Alfonso Lang Rodríguez
3- Luis Boza Batista 20- Manuel Lara Pérez
4- Miguel Conde Farray 21- Ricardo López Ponce
5- José Luis Cuevas Ojedas 22- Gilberto Martínez Carpio
6- Hilda de la Paz de Cárdenas 23- Gladys Martínez Pérez
7- Ignacio Díaz Hernandez 24- Manuel Morales Valdespino
8- Pedro Estopiñán Sopeña 25- Ana María Pérez Conquero
9- Romelia Fernández Miquel 26- Noel Pérez Martínez
10- René Fernández de Lara Arias 27- Santiago Puentes Camacho
11- José Luis Gil Rodriguez 28- Violeta Ramos García
12- Gustavo Godínez Barreras 29- Guillermo Rodríguez Ruiz
13- Roberto Gómez Rodríguez 30- César Rosales Junco
14- Amel Gonzales Peña 31- Sonia Santana Duque-Estrada
15- Reinaldo Guirola Masutier 32- Julio Valdez Ramos
16- Osvaldo Gutiérrez Garriga 33- Marina Vega Carreño.
17- Mabel Hernández Perez
En marzo del 2007 parte de ese grupo celebró los 30 años de graduados en la Fortaleza de la Cabaña. Entre los presentes estaban algunos que me escribían por medio de correo electrónico y gracias a ese encuentro se agregó uno más a los que ya me escribían. Su carta fue para mi una gran sorpresa. Le respondí sin demora y a partir de ahí pude escribirle con más detalle intentando llenar en cierta medida el vacío que había quedado en nuestra relación de amistad de tantos años atrás. Sobre todo pude narrarle los motivos por los que me había tenido que ir de Cuba pues lo más probable es que le hubieran llegado versiones que distaban mucho de la realidad y que yo particularmente tenía interés en aclarar. Ahora pienso que esta es una buena oportunidad para hacerlo con todos y confío que de alguna forma les lleguen estas memorias.
Esos sentimientos reprimidos que tuvimos necesidad de expresar en un momento dado y que por alguna razón no pudimos expresar, no es algo que se pueda ignorar tan fácilmente, y aunque a veces creamos que la experiencia que lo provocó ha sido olvidada, si no hemos sido capaces de procesarlo debidamente, lo cierto es que de alguna forma va a salir cada vez que algo nos recuerde esa etapa de nuestra vida. No creo que mi experiencia vivida haya sido muy común, al menos en nuestro grupo, y su manifestación de seguro que no surgió de la nada, sino que fue provocada por circunstancias muy particulares, que de ignorarse se perdería por completo el mensaje que encierran, creyendo que siempre debemos sacar el mayor provecho a todo en esta vida para no llegar a lamentar el haber perdido el tiempo.
En lo personal no quiero permitir que sean una lápida ni el tiempo los que se encarguen de borrar esas experiencias, por eso he decidido compartirlas, convencido de que del silencio no sacaremos ningún provecho. No se trata que sea una necesidad personal, sino también una necesidad de la nación la que se impone, necesidad que a veces va mucho más allá de nuestros intereses personales. De no hacerlo lo más seguro es que sigamos contemplando como las nuevas generaciones recrearán nuestros mismos patrones y pienso que tenemos una cierta responsabilidad de evitarlo, de llegar a la raíz de nuestra realidad vivida con la intención de esclarecerla y considerar los cambios que sean necesarios, teniendo como única meta el cómo alcanzar un mejor futuro para nuestro país. Creo que vale la pena intentarlo.
Cuando en enero pasado comencé este espacio planeaba empezar narrando los hechos que provocaron mi salida de Cuba. Hacía poco tiempo que había leído una carta escrita por Rafael Hernández, director de la revista Temas, la cual había sido publicada en LaJovenCuba, un blog de los jóvenes comunistas de la provincia de Matanzas. En dicha carta titulada “Carta a un joven que se va”, veía claramente que los argumentos del señor Hernández distaban mucho de reflejar la realidad de Cuba y por la que, en el caso particular de los jóvenes, decidían abandonarla. Sentía que como cubano era un deber expresar mis razones respecto a sus planteamientos y para ello me ayudó mucho la carta que había enviado en el 2007 a ese amigo que me había escrito y que guardaba aún. Una vez concluida mi respuesta decidí que esa página no era el lugar más indicado para compartirla, pero lo cierto es que habían logrado despertar mi interés por compartir esas experiencias públicamente. Fue por esa razón que decidí abrir este espacio para publicarla y a la vez darle la posibilidad a otros como yo que quisieran hacer lo mismo con sus experiencias.
Durante nuestros años de estudiantes y pese a las diferencias que como individuos por supuesto existían entre nosotros, podemos decir que llegamos a unirnos en un propósito común y ese era el de dar nuestro máximo esfuerzo por el país. Unos lo expresaban mucho más visiblemente que otros, pero de una forma u otra todos estábamos comprometidos con un sentimiento que había logrado contagiarnos. No hay dudas que después algo sucedió, algo con lo que no contábamos entonces y que cambió por completo el curso de nuestras vidas, y el escenario que nos encontramos al enfrentar la realidad como trabajadores parecía ser muy diferente, y hasta contradictorio, respecto a lo que habíamos aprendido, en lo que nos habían inculcado, sobre todo en lo que a principios y tolerancia se refiere. Era evidente que algo había cambiado y como era de esperar no todos enfrentaríamos el cambio de la misma manera, lo que sería ya un problema de cada individuo en particular.
Así llegó el momento en que comenzamos a marcharnos de la isla, y no estoy seguro, pero creo que fui uno de los primeros de nuestro grupo. Al principio fue con mucha oposición, pero más tarde ya apenas se protestaba por ello, todo sucedía de manera mucho más disimulada, y cuando miramos aquel grupo que nos graduamos en 1977 nos damos cuenta que ya somos un grupo considerable los que estamos fuera, algo imposible de predecir aquel día de nuestra graduación.
Cómo poder imaginar lo que sucedería años más tarde y la forma en que nos iríamos marchando, y no en sí por el número, sino por los individuos como tal. Alguien que no hubiese sido muy combativo, sinónimo de revolucionario, como yo por ejemplo, y basado en lo que conocían de mi mientras estuvimos juntos, no agarraría a nadie de sorpresa, pero otros sin duda que sí sorprendieron. Cualquiera habría asegurado que Castro se hubiese ido de Cuba mucho antes que cualquiera de ellos.
¿Qué les habrá pasado que desconocemos y que tanto bien nos hiciera saber, no solo a nosotros, sino al resto del pueblo? Nosotros que tanto nos reuníamos, ¿Recuerdan? Todo lo resolvíamos con reuniones, ese era nuestro pan de cada día. ¿Cómo entender entonces que algo tan importante como el abandono de la Patria por sus hijos no merezca una reunión? ¿Es acaso una muestra de madurez ignorarlo? Por supuesto que no, creo más bien que pudiera considerarse como una muestra de temor a enfrentar la realidad.
Bueno, ya voy concluyendo con la lista de geofísicos de todos los años que están fuera de Cuba. Por supuesto que es una lista incompleta pues habrá graduados de otros años que no conozco. Si acaso llega hasta ti este artículo y conoces el grupo, te animo a que si sabes de otros que se han ido, me los envíes en un comentario que ya me encargaré de agregarlos a la lista. Si no deseas que tu comentario se publique me lo haces saber y solo tomo la información sin publicar su procedencia. (Señalar año de graduación)
Francisco Sánchez Miguel Conde Farray Angela Manchado Marín (1974)
José Alfonso Roche Osvaldo Gutierrez Garriga Pablo Cervantes Gonzalez (1974)
César Alaminos Ricardo López Ponce Ingrid Padilla Rodriguez (1974)
Luis Bello Amel Gonzalez Peña Ariel Quesada (1974)
Suyi Guillermo Rodríguez Ruiz
Alina Romero Carmona Ana Perez Conquero
María Celeste Pérez Julio Valdez Ramos
América Sorá Pedro Estopiñán Sopeña
Guillermo Casarreal Mignon Dumois
Pablo Lledías Díaz René Serrano
Gabriel Barceló Wilfredo Cebrián (EPD)
Irene Aguabella Alexei García-Cid
Jose Oubiña Alida
Minerva Rodriguez
Brisrida Flores
Sofia Lopez
Manuel Martinez
Ingrid Padilla
Jorge Velez
Saul Cruz
Magdalena Peino