Parte 9.
El Número Aureo identifica al mayor victimario del pueblo cubano.
En el artículo anterior habíamos concluido la búsqueda de puntos claves en la ciudad de Cárdenas cuya ubicación cumpliera con la relación áurea, equivalente a que combinados entre sí en grupos de a tres, la relación entre los dos segmentos resultantes (el mayor entre el menor) nos diera como resultado 1.618, conocido como Número Aureo o Número de Dios. Como pudimos observar dicho número aparecía en Cárdenas por todas partes, confirmado por la enorme cantidad de combinaciones que se pudieron encontrar, 65 en total. Por esa razón quise comprobar si desde Cárdenas se podía establecer la misma relación con puntos que estuviesen ubicados fuera de ella a distancias considerables, que por supuesto serían medidas en kilómetros.
Enfocado ahora en buscar lugares que hubieran marcado nuestra provincia por situaciones de dolor provocadas por el régimen castrista, lo primero que vino a mi mente fueron los hechos ocurridos en Camarioca y en el Río Canimar. Fue por Boca de Camarioca que comenzó el primer éxodo masivo de cubanos en el año 1965, provocado por el propio gobierno como maniobra política utilizando al pueblo como instrumento para así tener justificación de hacer demandas a su conveniencia a EU. Respecto al Río Canimar me refiero al intento de fuga de cubanos hacia Estados Unidos que culminó con una masacre provocada por órdenes del propio gobierno, cuando el 6 de julio de 1964 tres jóvenes reclutas del servicio militar intentaron secuestrar una embarcación de recreo del centro turístico del río Canimar, al este de Matanzas. En ese lamentable hecho perecieron más de cincuenta personas, la mayoría de ellas atrapadas en el interior de la embarcación al ser hundida por las lanchas de los guardacostas. Este episodio se conoce como la masacre de Canimar, y aunque se considere que fue provocado por la irresponsabilidad de los tres jóvenes reclutas, la respuesta del gobierno fue simplemente un acto criminal.
Con esta idea en mente no dudé en poner a prueba hasta que punto era efectiva la Relación Aurea como método de análisis. Para ello estaba obligado a comenzar en un punto dentro de Cárdenas para hacerla parte de la trama, y dicho punto debía ser uno de los veinte que había identificado en el artículo anterior. Sin dudarlo mucho pensé que el Museo de las Ideas fundado por Fidel Castro sería el más indicado porque ese punto lo representaba a él simbólicamente, el autor intelectual y material de todo el sufrimiento del pueblo cubano.
Comenzaría primero por Camarioca, y para ello medí la longitud de una recta que salía desde el Museo hasta la desembocadura del Río Camarioca, allí donde el río se abría por completo al mar. La distancia era de 19 km, que como parte de una relación áurea este sería el segmento menor, porque Canimar me quedaba mucho más lejos de Cárdenas. Recordemos que para que el método resultara efectivo tendría que llegar a Canimar a un escenario geográfico similar al de Camarioca, pero con una distancia de 30.74 kms. ¿Y por qué ese valor? Pues porque los 19.00 km del Museo a Camarioca multiplicado por el factor 1.618 me daba como resultado 30.74 kms, y para mi gran sorpresa esa era justamente la distancia que existía. No tuve inconveniente alguno para trazarla porque allí frente a la desembocadura del río Canimar la medición de la distancia me indicaba los 30.74 kms que necesitaba para que se cumpliera la relación áurea. Era por allí mismo había hacía ya 35 años había salido aquella embarcación llena de cubanos con sueños de libertad, pero fue la muerte la que los sorprendió antes que pudieran alcanzarla. Una triste muerte a manos de sus propios compatriotas cuyas mentes habían sido cegadas por las ideas de un individuo de duro corazón que les había dedicado un museo en la ciudad de Cárdenas.
Sin dudas que era para emocionarse, porque el hecho de ver que una simple operación matemática aplicada a aquellas distancias me diera como resultado el número áureo. No me cabía la menor duda de que aquel método servía pues me lo había demostrado una vez más, y en esta ocasión había sido identificando al principal culpable de crímenes que se habían cometido en nuestra propia provincia. Parecía como si la mirada de las tantas víctimas que habían sufrido por las experiencias allí vividas se dirigieran hacia aquel museo como queriendo decir que allí se encontraba el causante de todo su sufrimiento, de la separación de tantas familias que se iban desmembrando y de la muerte de tantos que fueron velados sin sus cuerpos tras haber sido tragados por las aguas.
Una historia muy parecida fue la del hundimiento del remolcador 13 de Marzo ocurrido en el año 1994, el que dejó un saldo de 41 muertos, entre ellos 10 niños que también quedaron atrapados en la embarcación. Seguro que no era una simple coincidencia que aquellas dos distancias medidas desde un punto tan preciso como lo era el museo hubieran resultado ser tan exactas, una coincidencia que desde otro lugar en la provincia o el resto de la nación hubiera sido realmente imposible de lograr. Solo estando donde está ubicado ese museo había sido posible que esta relación áurea se cumpliera.
Cuando hacemos memoria son muchas las experiencias dolorosas por la que han atravesado los cubanos, historias que dejaron un recuerdo muy triste por el resto de la existencia de los sobrevivientes, y con frecuencia con el desconsuelo de ni saber cómo fueron sus momentos finales. Meditando en todo esto nos damos cuenta que estamos ante hechos que reclaman justicia, pero una justicia que en nuestras manos corre el riesgo de que dominados por la rabia, aunque justificada, se pueda llegar a extremos que vayan en contra de nuestra propia naturaleza. Eso es lo que nos lleva a pensar, si somos gente de fe, si creemos en un poder que va mucho más allá de nosotros mismos, que sea ese poder el que intervenga en nuestro favor y nos haga justicia, impidiendo así que con la nuestra generemos un nuevo karma que impida que un día lleguemos a disfrutar de la paz tanto interior como exterior que todo ser humano necesita.
Por eso pensé que aquí también nuestro método podía ayudarnos, y no ya tan nuestro, sino de Dios, dándonos una luz sobre esa justicia que tanto necesitamos y tras la cual nuevos odios no tuvieran la posibilidad de nacer ni los viejos odios de ser alimentados, una justicia que diera muerte a todos los odios, y esa podía ser solo la Justicia de Dios. Recordando las palabras del Salmo 121, «Levantaré mis ojos a los montes, ¿De dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová, decidí que lo mejor sería buscar la respuesta en lugares altos, y qué matancero no tiene en mente la imagen de algún monte que tenga que ver con Dios? Aunque Cárdenas no podía quedarse fuera puesto que allí estaba el Museo. Simbólicamente Cárdenas estaba jugando el papel de tribunal, así como Camaguey parecía jugar el rol de capital religiosa de Cuba.
La Ermita de Jacán en San Miguel de los Baños sería nuestro nuevo punto de partida, y desde allí buscaría el otro punto partiendo de la distancia medida hasta el Museo. Una pequeña cúpula construida en 1918 en la cima de la loma de Jacán donde aparece el Cristo crucificado sería ahora el origen de nuestra línea recta, y hasta el Museo en Cárdenas medí un total de 24.56 kms, que sería uno de los segmentos de la nueva relación áurea que esperaba formar, aunque no sabía si era el mayor o el menor de los segmentos. Necesitaba calcular las dos posibles relaciones y ver si encontraba un punto cuya distancia correspondiera con eso que estaba buscando.
Estas son las operaciones que tenía que realizar para encontrar el tercer punto de la relación áurea.
24.56 x 1.618 = 39.74 km, si buscaba un segmento mayor
24.56 / 1.618 = 15.18 km, si buscaba un segmento menor, mediciones que debían ser realizadas desde el Museo de las Ideas, pues Fidel seguía siendo nuestro principal objetivo.
Tomé la primera distancia para salir en busca de ese punto que tanto necesitaba, 39.74 km, y cual no fue mi sorpresa cuando al salir del Museo buscando un punto a 39.74 kms, donde único pude encontrar uno fue sobre el techo de la Ermita de Monserrat en Matanzas. De hecho esas eran las únicas dos ermitas que existían en la provincia, ¿Cómo era posible que todo aquello encajara de manera tan perfecta? -Me parecía imposible, pero era cierto, solo Dios podía darnos esas muestras de realidad, no había otra explicación posible.
Resumen de las operaciones matemáticas realizadas.
1- Para Camarioca y Canimar.
30.74 / 19.00 = 1.618
2- Para las ermitas de Jacán y Monserrate.
39.74 / 24.56 = 1.618
Simbólicamente los resultados numéricos nos estaban confirmando que en Cuba al fin se haría justicia. Ahí teníamos al Museo dedicado a la Batalla de Ideas en el punto áureo entre Camarioca y Canimar, y a Fidel Castro frente a esa dura realidad que él mismo había creado durante su gobierno, obligando a tantos cubanos a abandonar su tierra, ahogados por las carencias y la falta de libertad, llegando al extremo de dar ordenes de quitarles la vida en el intento.
Los símbolos nos habían llevado al Cristo en Jacán y a su Madre en la Ermita de Monserrate. Eran las madres sin duda quienes más habían sufrido en Cuba porque es de ellas que han nacido los hijos, y a las que más golpea la pérdida de uno de ellos, pero aquí nos aparece Cristo diciendo que es EL quien toma la justicia en sus manos, porque sabe cómo hacerla de la manera correcta.
En la foto que sigue aparecen las trayectorias que salen desde el Museo hacia los cuatro destinos ya mencionados.
A quienes tengan posibilidades de hacerlo, les animo a que realicen por ustedes mismos las mediciones de las distancias que he mostrado.
A continuación las fotos con los valores medidos en cada uno de los extremos.
Artículo de 14 y Medio sobre la masacre de Canimar.
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