El motivo de publicar hoy este material sobre el Padre Ricardo Lombardi, cuya existencia recién acabo de descubrir, se debe a que fue también un 11 de Octubre, pero del año 1959, fecha en que se publicó en el Diario de la Marina en la capital cubana, la conferencia que había dictado para los estudiantes universitarios hacía solo seis meses, el 10 de Abril, en el teatro Junin de Medellín, Colombia. Al poder constatar su sorprendente actualidad, en lo que a política se refiere, su visión clara de la realidad como si fuese la mirada de un profeta, decidí transcribirlo y ponerlo a disposición de tantos que pudieran apreciar el papel que jugó este hombre de Dios en la historia. No en balde llegaron a reconocerlo como «el micrófono de Dios». Su mensaje era claro alertando al pueblo italiano sobre el peligro de las dictaduras marxistas. Lombardi fue el creador de una corriente conocida como «Movimiento por un Mundo Mejor».
Al leer sus certeras palabras no podía evitar el lamentar por qué no pudo haber nacido unas décadas después para que hubiera sido él y no el Papa Francisco, pues de haber visitado Cuba, es seguro que todo hubiera sido muy diferente. Aunque es evidente que conociendo de antemano el pensamiento del Padre Lombardi, el gobierno cubano nunca hubiera permitido su entrada al país. Cuando vemos hombres con mensajes como el suyo, algo que tenía tanto impacto en las multitudes, es cuando nos preguntamos, por qué nunca lo eligieron Papa. ¿Es que no le convenía al Vaticano?
El Padre Ricardo Lombardi nació en Nápoles el 28 de marzo de 1908, y murió en Roma el 14 de Diciembre de 1979.
(Esta es solo una porción, el texto completo será añadido próximamente)
Amigos carísimos:
No se decir la emoción que encuentro hablando aquí en vuestra patria colombiana, una patria muy conocida y francamente, diría, muy querida y muy respetada en el mundo.
Yo no olvidaré nunca como hace algunos años tuve el honor grande de poder hablar en vuestro Congreso de Bogotá.
Y ahora, encontrándome de nuevo en vuestra Patria, y en particular en esta ciudad de Medellín, me procura una alegría profunda, extraordinaria.
Y no pienso solamente en los que están ahora en este teatro, sino en tantos y tantos otros amigos, que tal vez escuchan en sus casas, con los cuales no nos veremos ya más sobre la tierra…pero haremos en esta noche una amistad que debe continuarse en la eternidad.
Cuántas cosas se podrían decir. ¡Cuántas cosas querría decir! Pero me han dicho que esta noche el discurso va particularmente a los estudiantes de la Universidad. Tal vez el discurso aparecerá así un poco intelectual, pero la importancia de los estudiantes que se preparan para dirigir a la sociedad, la importancia de los estudiantes en estos momentos de la historia es tan grande que creo mejor dirigir a ellos el pensamiento, el discurso… Cabe pensar junto con ellos, en aquel porvenir de la Historia, que será su responsabilidad, cuando mi generación no esté ya sobre la tierra.
El discurso más interesante para la juventud, especialmente para la Juventud Universitaria, es el porvenir de la Historia. ¿A dónde marcha la Historia de hoy? Y quiero dar respuesta a esta pregunta con en examen de la Historia que la humanidad ha vivido ya.
Creo que el examen de la Historia pasada nos dará una claridad particular para comprender la meta hacia la cual marchamos, y como esquema pequeño de este discurso familiar, va una vieja parábola que vosotros conocéis.
“La parábola del hijo pródigo”
Creo que simplificará mucho las cosas , tener ante nuestros ojos aquella vieja historia, estupenda para aplicar los distintos pasos a los siglos que han pasado y a los siglos que vendrán. La historia la sabéis.
1)- Un hijo dejó su casa porque tenía tedio de la casa paterna;
2)- El hijo cayó en grande miseria;
3)- volvió a su casa a buscar el pan;
4)- encontró a su padre.
Yo creo que la historia del pensamiento moderno, aquella historia de la cual somos hijos, puede representarse verdaderamente como el alejamiento del hijo de la casa paterna.
La historia moderna como sabéis, comenzó hace 3 siglos, cuando comenzaba la historia de vuestro continente. Salía la humanidad de la Edad Media; tenía en la cabeza y en el corazón la visión universal cósmica que había entusiasmado a Santo Tomás, y había entusiasmado a Dante Alighieri.
Una visión cósmica donde Dios estaba en el centro y donde el hombre tenía un sitio pequeño, completamente dependiente de Dios.
Y la Humanidad salió en el Siglo XV de la Edad Media. ¿Cuál es la característica del Siglo XV?
Es una crisis colectiva del espíritu humano, que se puede comparar muy bien con la crisis que vive individualmente el adolescente! Una crisis que llamaría “del corazón”.
La Cabeza, las ideas, quedaban como había sido en la Edad Media; Cabeza cristiana. Ideas Cristianas; Dios que ha enviado en el mundo a su hijo Jesús…Jesús que ha dejado en la Historia a su Iglesia!
Pero mientras la cabeza quedaba cristiana, empezó la crisis del corazón. Descubrieron las memorias antiguas de la Edad Pagana, y en aquellas memorias, en aquellos recuerdos, encontraron una forma de vida que les gustó mucho.
¡Una vida más libre! …donde no era tan fuerte la sombra de Dios como para pesar sobre los hombres; ¡Una vida más alegre!. Donde se podía gozar el placer de la carne!….donde el paraíso del hombre estaba en la tierra!
Y hubo este desequilibrio típico del adolescente que queda todavía con las ideas que sus padres le han dado en la infancia, y siente en el corazón fuerzas nuevas, deseos nuevos, y aspiraciones nuevas hacia una felicidad desconocida.
Y el Siglo XV vivió colectivamente esta crisis rara de desequilibrio: Cabeza cristiana, corazón pagano.
Tenemos tantos hechos con los cuales se podría demostrara esta situación rara. Nosotros en Europa, tenemos tantos y tantos argumentos de esa situación de desequilibrio. La iconografía, las imágenes que ellos representaban en el arte eran todas cristianas, porque la cabeza era cristiana, porque las ideas eran cristianas, pero el espíritu que se manifiesta en aquellas representaciones figuradas aparece cada vez más pagano. Y así la virgen en el iconografía cristiana, incluyendo la Virgen de la Asunción, la Virgen de la Navidad, se transforma cada vez más en una hermosa mujer. Se procura cada vez más que en el escenario de las escenas evangélicas se pongan las riquezas del arte, que se haga un cuadro que corresponda a los deseos materiales del corazón.
Encontramos sobre los altares imágenes colosales desnudas; El Juicio Final de Miguel Angel (una imagen que está en el Vaticano, en la Capilla, diría más importante del Vaticano, la Capilla Sixtina) es una representación colosal de figuras desnudas. Y hay todo un estudio anatómico del cuerpo que no habían hecho en la Edad Media y que ahora entra en las imágenes sagradas, entra ahora en la iconografía del Evangelio Cristiano.
Y el desequilibrio de cabeza y corazón, típico del adolescente, y que se vivió colectivamente en el Siglo XV, no podía durar, como no puede durar en la vida aquel periodo raro que se llama adolescencia. La adolescencia debe acabar. O bien porque la cabeza pone en orden al corazón, o bien porque el corazón lleva sus tinieblas hasta la cabeza. Muchas veces en la adolescencia es el corazón el que vence y oscurece la inteligencia y las ideas presentes. Y en la vida colectiva de la Humanidad aconteció lo mismo, no podía durar aquella situación rara del Renacimiento, con cantos cristianos, pero con un espíritu cada vez más pagano.
Debía resolverse la crisis con la victoria de la cabeza cristiana, o del corazón pagano, ¡y venció el corazón pagano!
Y empezó en los siglos sucesivos al Renacimiento, poco a poco, Poco a poco, la crisis intelectual, la crisis de las ideas.
Lo que un hombre particular puede hacer tal vez en 3 años, 4 años, tal vez menos, en una historia colectiva universal, como la Historia Moderna, ocupa 4 siglos. Pero es un camino tan continuo, es un camino tan claro en su orientación que es muy interesante seguirlo para comprender el sitio en donde nosotros nos hallamos en la historia de la humanidad.
La crisis intelectual, el paganismo del corazón sube con sus tinieblas para obscurecer las ideas que todavía permanecían cristianas. Y las tinieblas que subían encontraron en primer lugar lo más próximo, lo más cercano al hombre. Se encontraron la encarnación terrestre de la religión Cristiana. No habían subido las dudas hasta el Trono de Dios quedaba indiscutible. No habían subido las dudas hasta la figura de Jesús que quedaba todavía, el Hijo de Dios.
Pero encontraron en la parte más cercana al hombre, en la parte del fenómeno religioso más cercano a la humanidad, encontraron las tinieblas la encarnación terrestre de la fe religiosa. Encontraron algunos hombres que se presentaban en la historia de los hombres como representantes de Cristo y de Dios…hombres que (lástima), en el Renacimiento no habían aparecido tan libres en aquel espíritu pagano que había ocupado casi totalmente el siglo.
Y cuando la crisis intelectual comenzó a pensar en ellos y examinar sus exigencias y sus pretensiones, dudó fuertemente de su origen origen divino, de esa autoridad , y hubo en el Siglo XVI el primer siglo de la Historia Moderna que tiene crisis intelectual, hubo la crisis de este paso final del fenómeno religioso….el paso terrestre del fenómeno religioso, y dudaron de la autoridad eclesiástica… dudaron del Papa, los obispos…que los sacerdotes representaban verdaderamente a Dios.
Y hubo la crisis que tiene un nombre que todos conocéis. “La Reforma Protestante”.
Quedamos con Dios, no se puede discutir. Quedamos con Jesús, no se puede discutir, como los hombres de la Edad Media…Pero estos hombres como nosotros, que ahora se presentan entre nosotros como representantes del cielo. ESTOS NO.
Y desde aquel siglo podemos decir que el pensamiento típicamente moderno ha dejado al catolicismo.
Pasó un siglo y las tinieblas subían…y la crisis intelectual que había ya encontrado el aspecto más próximo al hombre, el fenómeno religioso, encontraba ahora a Jesús. Y empezó la lucha sobre Jesús.
¿Cómo se puede discutir de Dios si queremos hablar en términos de Filosofía? ¿Cómo podemos dar una visión del mundo que no tenga un Dios?
Pero…Este Dios encarnado…Pero…Este Dios hecho niño…pero… este Dios que llora, pero…este Dios que muere.
¡¡¡Esto es mitología! Aquí estamos en el absurdo. Es algo que la razón no puede admitir!!!
Y hubo (ya no estamos en el protestantismo. Ya estamos en las grandes filosofías racionales), hubo crisis religiosa contra cualquier religión positiva….contra cualquier religión que se presenta como revelada por Dios.
Continuamos, dijeron, con la idea vaga de Dios. Continuamos con el Dios del Cielo. Pero, este Dios de la tierra….pero este Dios hecho hombre…esto no lo podemos admitir.
Y la razón con sus exigencias, con su soberbia, si queremos, examinó el evangelio. Y ya no encontró el Magisterio para defender a Jesús; y aquel encontró una iglesia jurídica para defender a Jesús; y aquel Jesús que callaba….y aquel Jesús que se examinaba en las páginas muertas del evangelio, sin una viva voz del Magisterio en su favor, cedió a las críticas, cedió al examen frío…amargo…de la razón, de lo que se llamó razón.
Así vivió la humanidad dos siglos, XVII y XVIII, los dos siglos de las grandes filosofías racionalistas. Podemos pensar en Spinoza, podemos pensar en Leibnitz, podemos pensar en Kant.
En nombre de la razón se destruye la fe. No la fe en Dios que queda, sino la fe en las religiones positivas que se presentan como la revelación de aquel Dios.
Si en la historia de hoy queremos ver las reliquias de la historia que pasó, hoy tenemos un fenómeno todavía vivo en alguna manera, pero viejo, viejísimo de aquel siglo. Tenemos el fenómeno de la masonería que nació precisamente en el siglo XVIII con la fe en un Dios, en un Dios arquitecto del universo que representan allí con los símbolos de la geometría, como el arquitecto del cosmos, pero sin revelación, pero sin dogmas, pero sin iglesia, pero sin autoridad terrestre. Un Dios de la filosofía racionalista, arquitecto del universo, en nombre del cual todavía se habla. Pero es un Dios que si no se interesa del mundo, es porque está tan lejos que no tiene casi personalidad.
Y llegamos al siglo pasado con la crisis intelectual que había empezado como fruto de una crisis de corazón, como fruto de un paganismo de corazón y de la vida. La crisis intelectual sube entonces un poco más y ahora encuentra a Dios.
El siglo pasado, en la línea intelectual, luchó contra la idea de Dios. Hay dos mitades en el siglo pasado. De una parte las grandes filosofías que representan la primera parte del siglo pasado. Vosotros las conocéis. Son las filosofías idealistas que hablan todavía de Dios, pero de un Dios que está en el espíritu del hombre. Fichte, Scheilig, Hegel. Pero de un Dios que si no lo analizamos metafísicamente nos parece una creación del hombre. La segunda mitad del siglo, con mayor sinceridad, negó sencillamente a Dios.
Tenemos el positivismo. Tenemos el criticismo. Tenemos el pragmatismo. Tenemos el relativismo. Tenemos el materialismo.
Y el siglo pasado, del cual somos hijos casi inmediatos nosotros; el siglo pasado termina con un hombre que cantó la muerte de Dios.
Yo no he encontrado en los estudios de filosofía a un hombre que me haya parecido más simbólico del mundo moderno que Federico Nietzsche.
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—--Amigos míos, yo sé que en Colombia el nombre liberal tiene aquí un sentido local en vuestra historia particular. Aquí nosotros hablamos de liberalismo como lo encontramos en la Historia Universal de la humanidad. Aquí hablamos de liberalismo económico, de aquel liberalismo que llenó un siglo de la historia del género humano! De eso hablamos.
Pareció a la luz teorética de las filosofías racionalistas, que el sistema social más perfecto habría sido el sistema que deja a todos la mayor libertad. El hombre es el ser supremo: así lo dejamos perfectamente libre, hará todo bien.
Que el Estado no tome iniciativa particular para dirigir a los hombres!. Vigile como un guardia para impedir que algunos quiten a los otros la libertad. Pero en cuanto defiende a los hombre la libertad, hará su función en la forma suprema y tendremos un mundo mejor.
Fue el gran sueño social que se elaboró en el siglo XVIII a la luz de las filosofías racionalistas (nacionalistas).
Hay una frase de Hegel que siempre me impresionó. Hegel, que escribía su filosofía mientras Napoleón pasaba con su ejercito sobre su patria: Hegel que escribía su metafísica para la reconstrucción de Alemania: Hegel escribe:
…”donde pasan las ideas, después de 50 años pasarán los cañones”; Las ideas preparan los caminos de los cañones: 50 (30) años después de mi filosofía, nosotros tendremos la victoria de Alemania”, pensaba Hegel.
http://gloria.tv/?media=296141&language=3SsSaAhCEfb
http://www.communitybetterworld.org/node/80
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