Fue a principios de septiembre pasado que invité a algunos familiares a nuestra casa para hacerles un breve recuento de mis experiencias sobre Cuba y sobre la forma que éstas habían ido tomando para esos días, y también les comenté sobre los anuncios que pensaba hacer. Entre ellos se encontraba lo del calendario que daría a conocer y el llamado al día del arrepentimiento y el perdón que también sentía el deseo de anunciar. No quería que lo supieran cuando lo vieran ya publicado, o que les llegara por terceras personas. Y podía haber desacuerdo en cuanto a publicarlo o no, pero yo estaba seguro que lo debía hacer, día más día menos, pero lo publicaría, y así fue que el primer anuncio salió publicado el 20 de septiembre.
Apenas había transcurrido una semana y uno de mis primos que había estado presente en dicha reunión me llamó para ver si podía venir por acá esa noche para orar por ese día que esperaba, el cual se había quedado en su mente desde entonces, el 25 de noviembre, día que había señalado como del arrepentimiento y el perdón. Eran casi las diez de la noche cuando llegó después de esperar a que su hermana saliera del trabajo pues ella quería acompañarlo para unirse a nosotros en la oración.[Leer Más…]