Relación existente entre el accidente del Boeing 737 en La Habana y el del Embraer 190 en la ciudad de Durango, México.
Desde el momento en que ocurrió el accidente del Boeing 737 en La Habana en Mayo pasado, me dió la impresión de que no se trataba de un accidente cualquiera, no solo por el número tan elevado de víctimas sino por detalles muy particulares que se destacaban visiblemente, razón por la que decidí estudiarlo con detenimiento, y no tardó mucho para que se fueran confirmando mis sospechas. Dudé al principio si era prudente publicarlo por temor a dar la impresión que le restaba importancia al dolor por el que tantos familiares estaban atravesando, desviando la atención hacia una historia quizás carente de sentido para muchos, cuando en medio de ese cuestionamiento me sorprendió el otro accidente, el de México, que unido a lo que ya había descubierto sobre el primero, no me quedó duda de que entre ambos existía una conexión muy estrecha, decidiendo publicar el material pues entendí que era necesario. Hoy casualmente se cumple un mes de ese accidente ocurrido en la ciudad de Durango.
Si de algo estaba seguro era de que no era fácil encontrar dos accidentes tan cercanos en el tiempo con características tan peculiares en común, aunque al mismo tiempo tan divergentes, pues el accidente de Cuba había dejado un solo sobreviviente de los 113 que iban a bordo, mientras que en el de México todos se habían salvado, 103 en total. De alguna forma percibía que a traves de aquel accidente se nos estaba enviando una señal de alerta, detrás de aquel desastre se ocultaba algo mucho más profundo que era preciso investigar. Según mi filosofía, hechos con esas características no suceden por pura casualidad, sino que encierran un mensaje importante que es necesario descifrar. Fue tras ubicarlos en tiempo y espacio que quedé convencido de la visible conexión que existía entre ellos en un plano que se escapaba a todo análisis convencional.