Parte 5.
Volviendo ahora a los personajes que habíamos identificado gracias a la ayuda de la Relación Áurea, comenzaremos por considerar datos importantes sobre Martí, como son su lugar de nacimiento y el sitio donde murió, intentando comprobar hasta qué punto nuestro apóstol está ligado no solo a la historia sino a la propia geografía de Cuba, al extremo que la misma relación áurea sea capaz de reflejarlo. Para ello decidí agregar un elemento más que me sirviera como punto de amarre de Martí con la historia, y nuestra bandera fue lo que me pareció más apropiado para ello, que más allá de constituir el símbolo más importante de la nación, había sido precisamente un 19 de Mayo que se había izado por primera vez en Cárdenas, hecho ocurrido en el año 1850, tres años antes del nacimiento del Apóstol. Esta bandera fue izada en los altos del Hotel La Dominica en la esquina de las calles Princesa y Real, a un costado de la parroquia.
Para tener un cuadro más claro en la mente de lo que estos tres elementos referidos a Martí representaban, procedí a ubicarlos en el mapa para después medir la distancia entre ellos. Recordemos que eran:
1)- Casa natal en la calle Paula No. 41 en La Habana,
2)- Hotel La Dominica en Cárdenas (la bandera)
3)- Obelisco en Dos Ríos.
Cuál no sería mi sorpresa al comprobar que la distancia total de la trayectoria alcanzaba exactamente un total de 704 kms, el mismo valor del número áureo que recién acababa de establecer para Cuba. Sorpresa, emoción, ¡¡qué se yo!! pero sentí que estaba pisando terreno firme y que aquel improvisado método parecía funcionar. Para descartar un posible error repetí la medición una vez más, pero el resultado fue el mismo. Ya no cabía duda alguna, eran ni más ni menos 704 kms.
Por supuesto que tan visible coincidencia era motivo más que suficiente para entusiasmarse, pero aun faltaba la segunda parte, la de Fidel. Para Martí había encontrado tres puntos que lo ligaban a nuestra geografía histórica, pero con Fidel era un tanto diferente pues para aplicarle el mismo método nos faltaba un punto, bastante delicado por cierto, porque el personaje en cuestión aun estaba vivo, y aunque su muerte es un hecho que podía llegar en cualquier momento, el ver lo tan significativo que había sido el recorrido con Martí, provocaba una rara expectativa pensar a dónde nos conduciría ese nuevo recorrido de 704 kms. Desde el punto de vista histórico el lugar debería resultar un escenario lógico para el final de su vida, aunque la idea impresionaba un poco pues representaba adelantarse a los acontecimientos en una especie de predicción, pero nada se perdía con probar, además, la única forma de establecer una comparación justa era considerando el tema de la muerte para ambos.
Después de meditar en los hechos más relevantes relacionados con la vida de Castro decidí que el desembarco del Granma sería el hecho a considerar como elemento de amarre a nuestra historia. Había considerado el asalto al cuartel Moncada desechándolo después, pues en los años que siguieron a dicho ataque Fidel pudo ser muerto en cualquier operación en la lucha contra Batista así como murieron otros, como José Antonio Echeverría, cardenense líder del Directorio Revolucionario al mismo tiempo que lo era Fidel del Movimiento 26 de Julio. En realidad el desembarco del Granma fue el hecho que colocó a Fidel en posición de liderazgo, por lo que escogí Playa Las Coloradas como punto de tránsito en ese recorrido imaginario desde Birán hacia aquel punto aún desconocido en que el marcador de distancias me anunciara haber recorrido 704 kms. El hecho de recordar a José Antonio Echeverría acentuó mucho más la idea que ya tenía en mente de que fuera Cárdenas el escenario final de este recorrido, teniendo también en cuenta que dicha ciudad ya estaba incluida en el recorrido de Martí.
Para mantener el paralelismo entre nuestros personajes, pensé que para Fidel debía considerar también la bandera, aunque para él no sería la misma bandera que utilicé para Martí, para él sería la que todos conocen que ondea frente a la bahía, pues aunque idéntica a la de 1850, la de la bahía ha sido el estandarte utilizado durante todo el período de revolución castrista, sin olvidar el intercambio de banderas con los rusos, encabezado por Julio Antonio Mella, que tuvo lugar precisamente en la bahía de Cárdenas en el año 1925.
Una vez ubicados en el mapa los puntos que acabo de mencionar resultó que al medir la trayectoria desde Birán hasta Cárdenas, pasando por supuesto por Las Coloradas donde desembarcó el Granma, el recorrido total hasta llegar a la bandera frente a la bahía completaba 703.15 kms. Parecía imposible que fuera tan cercano a los 704 km, solo me faltaban 850 mts para igualar la distancia recorrida por Martí. De hecho lo único que me permitiría llegar hasta la bandera con 704 kms era agregarle un punto al recorrido que me permitiera alargarlo un poquito más, solución aceptable si dicho punto no alteraba el significado del recorrido del máximo lider. Por suerte en Cárdenas no resultaba difícil encontrar un punto con significado para Fidel porque allí existía un lugar que se destacaba de manera especial, el Museo a la Batalla de Ideas, su gran creación, considerado además como la última primicia de la ciudad. No dudé en incluirlo en el recorrido, y para mi sorpresa, al medir la trayectoria total resultó ser de 704 kms. Había igualado la distancia recorrida por el Apóstol, aunque de hecho con un significado muy diferente. Esto demostraba hasta qué punto ambos personajes estaban ligados a nuestra historia con un propósito inadvertido aún para nosotros. Había sido el recién descubierto Número Aureo de la isla el que lo estaba demostrando, hecho que parecía tener un profundo significado.
Como dato interesante, este museo que ahora nos permitió completar el recorrido de Castro nos queda a menos de un centenar de metros de la estatua de José Antonio Echeverría, ubicada ésta en el parque que lleva su nombre en la manzana opuesta al Museo a las Ideas. El ver que en una isla de las dimensiones de Cuba nos quedaran a tan corta distancia los símbolos de dos personajes tan significativos de nuestra historia, era sin duda un hecho que merecía atención, pues si no llega a ser por la temprana muerte de J.A. Echeverría, quién asegura que fuera Fidel quien llegara a ocupar el poder en Cuba.
Otro detalle de nuestra historia que se une a todo este cuadro, es que en la esquina que está frente al museo, que a su vez queda frente al parque en que se encuentra la estatua de José Antonio Echeverría, había una casa donde radicaba de forma clandestina la Oficina del Partido Revolucionario Cubano (OPRC), lugar donde Juan Gualberto Gomez recibía la correspondencia de Martí desde su exilio en EU, y desde donde coordinaron todo lo referente al levantamiento que tendría lugar en la isla en febrero de 1895. Gómez era el delegado de dicho partido en Cuba elegido por el propio Martí. Pues bien, en el mismo centro de ese parque se encontraba una estatua de Tomás Estrada Palma, primer presidente electo que ocupó el poder en 1902 una vez obtenida la liberación de España, estatua que Castro hizo retirar porque su imagen entraba en contradicción con los principios de la revolución.
Como podemos apreciar, todos los elementos mencionados han dejado una marca visible en nuestra historia, una historia de décadas, ya de más de un siglo, historia en la que quién sabe por qué extraño mecanismo ha permitido que en un área tan reducida de esta ciudad se den cita símbolos que encierran un significado tan grande para nuestra nación. Me animo a pensar que no es una simple coincidencia.
Si nos enfocamos ahora en la simbología de ambos recorridos, en el de Martí vemos que sale del lugar donde nació, pasa por Cárdenas a rendir honores a su querida bandera, y desde allí continuó su hasta Dos Ríos, lugar donde concluyó su compromiso con la patria. En el caso de Fidel, también sale del lugar donde nació, pasa por el lugar que se convirtió en el trampolín que más tarde lo llevó al poder, el desembarco del Granma, y toma rumbo a Cárdenas, pasa por el Museo a las Ideas, su obra maestra, hasta terminar en la bandera. Creo que es un recorrido sin duda simbólico cuya interpretación merece un serio análisis, que por el momento dejo a vuestra consideración. Según avancemos de seguro irán apareciendo nuevos elementos que nos ayudarán en este análisis. ¿Tendrá Fidel que rendir cuentas a la bandera por el daño tan grande que le ha hecho a la Patria?
En la primera página del libro de visitantes al museo, en el que se han ido recogiendo las impresiones de las numerosas personalidades cubanas y extranjeras que lo han visitado, aparecen unas frases pronunciadas por el propio Fidel en el discurso de inauguración que tuvo lugar el 14 de julio del 2001.
Esto fue lo que dijo en esa ocasión referente al museo y a las ideas que representa:
“El primero de Cuba y del mundo. Habrá otros como este,
pero aquí nació la idea y será escuela y ejemplo para los demás.
La batalla de ideas no puede perderse, ni se perderá.
La especie humana depende de ella.
Honor y gratitud para todos los que crearon este histórico Museo”.
En lo personal, y como respuesta a tal afirmación, todo lo frecuente que me sea posible iré repitiendo la siguiente frase:
«Con la ayuda de Dios, el poder de esas ideas será destruido, no podrán prevalecer»
Serie de artículos continúa en Parte 6.
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